El muestreo de superficies es posible gracias a la fuerza de fricción generada por la acción mecánica del rozamiento. Con una herramienta adecuada, se puede frotar la superficie para recoger los microorganismos. Las muestras recogidas pueden ser analizadas mediante diversas técnicas o dispositivos.
La porosidad de la superficie, así como el tipo de superficie a analizar, determinan la herramienta o el método de muestreo adecuado. Por ejemplo, las toallitas y las esponjas se recomiendan para superficies grandes (>100 cm2).
El estado de la superficie a analizar también puede hacer variar los resultados del muestreo. Existen varios métodos y productos para mejorar la toma de muestras y reducir la variabilidad debida a factores ambientales. Por ejemplo, se pueden utilizar agentes humectantes, como agua destilada o medios de transporte estériles, para humedecer las superficies durante el muestreo.